jueves, 4 de febrero de 2016

LAS BERZAS DE BENITO Y EL SALTO DE MARIA ELENA






Mi madre se llama María Elena y se ha pasado la vida trabajando. Tiene 76 años y sigue trabajando en casa como la que más. Un auténtico motor de la naturaleza, siempre me recuerda que en el colegio ella y mi padrino Ricardo eran los primeros en las carreras, ganaba a todos los niños. Siempre les digo a mis hijos que si sacan sólo un cuarto de la raza de su abuela, ya tendrán raza para dar y tomar. Parece que yo me he acercado algo  su raza. Hace años salíamos a pasear los dos juntos después de cenar o a media tarde y nuestro ritmo era endemoniado, como en carrera, no nos dábamos cuenta, era nuestro ritmo natural pero la gente y un día mi hermano, que le dio por salir con nosotros, se paró a los 300m y nos preguntó:¡Oye, pero qué pasa! ¿Es una carrera?. No para un segundo, y todavía se va a las clases de de Acondicionamiento que dan en el pueblo lunes y miércoles, se machaca, da el cayo, sale a pasear todos los días con nuestra vecina Toñi de 72 años y aquí es por dónde empiezo la historia que quiero contar. 
Paseando por el pueblo hablan con un vecino y con otro. Benito, padre de Chuspi, de la misma generación que yo y amigos de correrías aquí en el pueblo, las ofreció unas berzas de su huerta la semana pasada y antes de ayer, ya de camino hacia casa, pues se dispusieron a cogerlas. La huerta, colindante con la carretera, está separada de ésta por  por una pared que saltábamos muy bien de pequeños pero que cada vez cuesta más saltar. Toñi pregunto a mi madre:"¿pero Maria Elena cómo las cogemos?" y mi madre ni corta ni perezosa, a sus 76 contestó: "Pues Toñi hija subiendo". Pum de un salto ya estaba arriba. En eso llegó Benito, y desde abajo los dos se preguntaron y ahora ¿Cómo bajas?. Los que andamos por montaña sabemos que casi siempre cuesta más bajar que subir jaja pero Maria Elena y sus 76 años no se lo pensaron mucho para volver a saltar y venirse a casa con las Berzas. En casa nos hemos reído mucho cuando nos lo ha contado.
Yo espero llegar a los 76 con esa raza y de momento ayer me dieron unas EXCELENTES NOTICIAS. Tuve cita con el cardiólogo, llegué a la sala de espera con 10' de antelación y en esos 10' sudé como en una carrera de 10.000m. Los nervios se apoderaron de mí, el día anterior había descansado para que me viera en perfectas condiciones y comenzamos a charlar. Tras contar mi historia, los síntomas que allí me llevaban y el tiempo que vengo arrastrándolo, la carrera del domingo y los episodios atrás, llegaron las pruebas. La primera, toma de tensión, mal empezamos 18-8 pero médico y yo sabíamos de qué era, demasiados nervios, ecografía, electro, esfuerzo y ... RESULTADOS... corazón de superatleta muy adaptado al esfuerzo TOTALMENTE NORMAL Y SIN ANOMALÍAS QUE IMPIDAN LA PRÁCTICA DE EJERCICIO tal y como venía haciendo. Arritmia paroxística, bastante común entre deportistas y solamente pendiente de que desde Valdecilla me dejen una especie de reloj-pulsómeto para llevar una semana y con suerte poder registrar una de estas arritmias para con exactitud calificarla y describirla. 
Total que salí de allí más contento que unas castañuelas y para celebrarlo llegué a casa y me hice 17 kms con 7x1000m con 1' de recuperación al trote 3'00'', 3'01'', 3'00'', 2'59'', 3'00'', 2'57'' y 2'57''.
Pues éso que espero llegar a los 76 como mi madre, SALTANDO PAREDES PARA COGER BERZAS.
Desde aquí doy las gracias a todos los que que me habéis dado un toque estos días para decirme, primero que lo mire y después decirme que seguro que no era nada, gracias Félix Javier Martínez ( siempre lo diré un auténtico prodigio de la naturaleza), Antolín, Lander, Nacho, Rubén, Agustín, Oscares, Pilar, Santi, Soladana, Julio, Pedro, Juanjo, Edu, Miguel, Juan Carlos, Argider... En fin.. Muchas gracias.

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